LA COFRADIA DEL SANTO REPROCHE

Es importante que los empleados sean críticos hacia su empresa para ayudar a su mejora continua, siempre y cuando, esta actitud no conlleve el desenganche del empleado del proyecto, perdiendo así su ilusión por el trabajo; y, siempre y cuando, el fondo y la forma de la crítica sean concretos, de modo que sean susceptibles de ser incorporados en planes de mejora, para que no terminen siendo un puro reproche irracional.

Reconozco tres elementos que llevan a la situación de reproche : la falta de información, la falta de modelo de referencia y “la falta de motivación”.

La falta de información es un pecado de la dirección, que lleva a los empleados a considerar cualquier rumor que llegue a sus oídos. Muchas de estas situaciones se atajarían si desde la dirección, y a través del cuadro de mandos, se estableciese una cultura de comunicación abierta y continua, que ayudase a los empleados a entender las decisiones, produciéndose así una más fácil aceptación desde ese entendimiento .

El siguiente elemento, es la falta de modelo de referencia que muchos empleados sufren, sobre todo, si su experiencia profesional está limitada a una única compañía. Sin ese modelo, es difícil valorar con objetividad, cayendo así en la tendencia natural de criticar las cosas cotidianas con las que tenemos que convivir .

Cuando se tiene experiencia en unas cuantas compañías, teniendo ya bien asumido que no hay una compañía ideal, uno es consciente de que en ningún sitio “atan a los perros con longaniza” y que en todos los sitios “cuecen habas”. De este modo, si llegas a una compañía que podrías catalogar de muy buena (desde tu experiencia comparativa), allí te encontrarás con buenos profesionales. Sin ese marco de referencia, no se valoran las cosas buenas, porque se da por descontado que deben ser así, y sin embargo las cosas que no gustan, producen frustración, aunque esas cosas sean razonablemente buenas comparadas con las compañías del entorno .

El último elemento es “la falta de motivación“, que pongo entre comillas porque me parece poco real, ya que no sé si es causa o efecto de los reproches. En el estilo de management que a mí me gusta, que busca la superación en base a la exigencia y que trato de plasmar en “elmalabar”, es un estilo de management que asume que el empleado, el manager y cualquier trabajador tiene que venir motivado de casa.

Estoy de acuerdo en que la motivación es fundamental, o al menos muy necesaria, para el rendimiento profesional. No obstante, en lo que no estoy de acuerdo, es en que el empleado sea un sujeto pasivo de la motivación. Así, éste llega a la oficina desmotivado, porque el trabajo es un castigo de Dios, esperando que lo primero que haga la compañía sea motivarle para que una vez en ese estado, se encuentre en disposición de trabajar hasta que la compañía torpemente le devuelva al estado de desmotivación.

Tener un empleo es algo que personalmente siempre he valorado y que me ha parecido un privilegio, y desde luego en los tiempos que corren, supongo que todos aquellos que no lo tienen, lo añoran. Mientras tanto, hay empleados que no se sienten motivados por la compañía, y por tanto están poco predispuestos a trabajar, máxime con una crisis que arruina cualquier esfuerzo .

Hay que romper el carnet de “la cofradía del santo reproche”, hay que ir a trabajar motivado y hay que superar la crisis a base de esfuerzo extra. Si la economía ayuda, mucho mejor , pero que no quede por falta de esfuerzo y contribución individual.

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